domingo, 16 de diciembre de 2018

Ronda musulmana






Representación de Ronda musulmana (Según los arqueólogos del ayuntamiento)




Los Baños árabes en la Ronda Musulmana

Umar Ben Hafsun, el caudillo muladí 



Omar ben Hafsun era un noble muladí­ (descendientes de cristianos convertidos al Islam) que dirigió una guerra de guerrillas contra el emirato de Córdoba. 
Nació en Ronda ó cerca de ella, en Parauta, en el seno de una familia muladí, (esto es cristiano converso al Islam), de nobles antepasados visigótica (se dice que del rey visigodo Witiza), su abuelo Chafar Ben Salim fue el primer musulmán de la familia que, como otros muchos cristianos de la época se convirtió para poder eludir la mayor cantidad de impuestos (las capitaciones) que los cristianos estaban obligados a pagar para poder conservar su fe. Su padre Hafs (el cual murió bajo las garras de un oso) partiría desde Ronda hacia una alquería llamada la Torrecilla, cerca de Parauta donde nacería probablemente Omar y sus dos hermanos Ayyub y Chafar.
Nieto de cristiano aunque musulmán de nacimiento encabezó una rebelión a finales del siglo IX hasta su muerte en 917, que mantuvo en jaque a los distintos emires de Córdoba. El conflicto fue expresión del malestar social, donde los judí­os son perseguidos, el fudamentalismo de Eulogio de Córdoba incitando al martirio de los mozárabes (cristianos en tierras musulmanas) y el desprecio de los árabes hacia los muladí­es (a los que tratan como musulmanes de segunda), dan lugar a que los muladí­es y algunos mozárabes se unan a Ben Hafsun en su lucha contra los omeyas.
Ben Hafsun creó un estado en Bobastro (inicialmente se identificó con el pueblo de Barbastro en Huesca, pero hoy se acepta que debió de estar en Málaga) desde donde llegó a amenazar Córdoba. Llegó a controlar una extensión de terreno entre Algeciras y Murcia, incluyendo ciudades como écija, Archidona, Baeza y íšbeda. El emir al-Mundir logra recuperar varias plazas y lo aisla en el castillo inexpugnable de Bobastro, donde tras el asedio y alguna que otra traición fallece en la batalla. Le sucede su hermano Abdallah quien debe levantar el asedio por otros problemas en al-Andalus. Ben Hafsun, libre otra vez, recupera algunas de las plazas perdidas y casi pone cerco a Córdoba.
El emir Abdallah se da cuenta del grave problema y decide echar toda la carne en el asador. Crea una alianza con la familia muladí­ de los Banu Qasi (hijos de Casio), que controlan la marca Superior, y lo vuelven a aislar en Bobastro. En 899 comete un grave error, se convierte al cristianismo adoptando el nombre de Samuel. Con ésto Ben Hafsun trata de ganarse la amistad y apoyo de Alfonso III y de los mozárabes, pero el resultado final es que muchos de los muladí­es que lo han apoyado lo abandonan.
Fallece en 917 luchando en Bobastro. Sus hijos continúan la lucha hasta el 928, cuando Ab al-Rhaman III toma el castillo.



Abbás Ibn Firnás, el genio y sabio de Ronda

En Al-Ándalus durante el siglo IX, hubo un hombre que voló por primera vez en la Historia

Abbás Ibn Firnás fue un rondeño andalusí, nacido en el 810 d.C y que recaló en la corte califal de Córdoba, durante el reinado de Abderramán II (822-852) y Muhhamad I (852-886). Fue músico, poeta, astrónomo, físico, alquimista, inventor y filósofo. Él fue una figura renacentista, seis siglos antes del Renacimiento italiano y de Leonardo Da Vinci.
Le tocó vivir entre los siglos VIII y X, en el que los béticos y los de religión cristiana se encontraron destinados a convivir primero y, luego, a fusionarse con la cultura andalusí que crearan junto a los musulmanes y judíos. Esta situación da una idea de que pudo beber de las dos fuentes o sustratos.
Cultivó varias disciplinas del saber, tanto en el área de la investigación científica y técnica, como el de la creación literaria y musical, ya que incluso tocaba el laúd y componía melodías.
Ibn Hayyan, historiador y coétaneo en la corte califal, lo define de este modo; “Era sabio refinado, hábil filósofo, brillante poeta, astrólogo inspirado y veraz, sensato y penetrante en sus excelentes pensamientos, lleno de inventiva y capacidad de innovación”.

Como inventos, construyó la primera esfera armilar de la que se tiene referencia en Al-Ándalus; también realizó el primer reloj anafórico, construyendo la primera clepsidra de flujo constante provista de autómatas; y fue el primero que desarrolló en tierra andaluza la industria del vidrio a partir del mineral como el sodio o el potasio, cuya finalidad era la de reducir la temperatura de fusión. Representó el firmamento en una gran bóveda de cristal y lo colocó en su hogar;  por ello  y porque supo plasmar los astros, verse las nubes, también los relámpagos y truenos, se le considera el precursor de los planetarios actuales.
Inventó un artilugio para volar, siendo el primer ser humano en lograrlo. Un día de 875 en la Al-Rusafa, a tres kilómetros al noroeste de Córdoba, una colina rodeada de vegetación en la falda de la sierra. Se hizo un vestido de plumas de seda blanca, “añadiéndose unas alas de estructura calculada” según Ibn Hayyan, y con las que pudo volar un buen trecho y segundos, fracturándose las dos piernas al descender, porque al equipo le faltaba la cola. Hoy en día, se le tiene como el inventor del protoparacaídas y planeador.
Vídeo sobre Abbas Ibn Firnas

El artefacto volador
Estatua de Ibn Firnas en el aeropuerto de Bagdad
Representación en Dubai

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